viernes, 8 de abril de 2016

LA IMPORTANCIA DEL CORAZON DEL SIERVO


Para vivir un estilo de vida donde se ama y se desarrolla relaciones con la juventud, el líder tiene que entender y vivir el concepto del Corazón de un siervo; Ningún líder juvenil que sea arrogante, orgulloso, hipócrita y egoísta tendrá seguidores. Pablo dice en 1 Tim. 1:5 “Pues el propósito de este mandamiento es el AMOR nacido de Corazón limpio, y de Buena conciencia, y de fe no fingida.” Su objetivo final era producir amor hacia otros, Buena conciencia en ellos y una fe genuina en Dios. Esta es la base de una vida llena de Gozo.
Jesús nos dio un resumen básico de su vida: “Porque el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos,” Marcos 10:45. El estuvo entre nosotros como uno que vivió para servir.
En el mundo secular y aun el mundo eclesiástico, encontramos que este tipo de liderazgo es contrario a la norma. A los líderes les gusta demostrar su autoridad dando órdenes y buscando que su nombre se reconozca. Pero Jesús dijo, “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. Y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro servidor,” Mateo 20:26,27. Aun en los días de Jesús este concepto no era popular. Las cosas no cambian porque aun en aquellos tiempos la gente quería subir la escala del liderazgo. La Biblia nos enseña que ser líder significa servir.
Cuando nos sentimos muy espirituales, estas cosas son fáciles de recordar. Sin embargo, el problema esta en recordar esto día tras día. Es muy fácil dejar que otros hagan el trabajo de poner las sillas y las mesas para una actividad, y entonces llegar solo para comer. O, después de la actividad, convenientemente irse para la casa a ver su programa de televisión favorita y dejar que otros se encarguen de la limpieza. Por lo regular, las personas que hacen estas cosas son expertos en inventarse excusas. Un líder juvenil que se cree muy importante para hacer estas cosas y solo sabe dar ordenes a otros y mirar mientras otros hacen el trabajo, se puede decir que su ministerio va de mal camino. La Biblia nos enseña que la forma de ‘subir’ es ‘bajar.’ “El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla, será enaltecido” Mateo 23: 11,12.

      FORMAS PRACTICAS PARA EL LÍDER JUVENIL DEMOSTRAR UN CORAZÓN               DE SIERVO.

  1. No seas haragán! Tu actitud tiene que decir, “En que te puedo ayudar?”
  2. Acostumbra a decirle a tus juveniles: “Tienes tiempo para ayudarme?” En vez de: “Ve y haz esto o aquello!”
  3. Siempre debe de estar preparado y dispuesto para terminar los trabajitos que nadie desea sin quejarte ni tener una “fiesta de penas.”
  4. No te jactes de lo que “todas las cosas que has hecho por el reino.”
  5. No hables de la persona que no te ayuda.
  6. Busca oportunidades para hacer favores especial.
  7. Nunca te niegues extenderle la mano de ayuda a alguien cuando tú sabes que puedes ayudarle. Esto no significa que vas a permitir que la gente abuse de ti.
Tu Corazón de siervo será probado cuando al llegar de un viaje largo, cansado, con el grupo de jóvenes, de repente uno de los padres no llega a la Iglesia para buscar su hijo/a y tienes que ir tarde en la noche a llevar a este juvenil a su casa.O, si tú los invita a tu casa para una noche social, le preparas todo, ellos comen y se divierten pero al final todos se van a su casa y ninguno se ofrece para ayudarte a limpiar.
También puedes ser probado cuando preparas un programa bonito para el servicio y de repente lo encuentras tirado en el piso después del servicio.
La cultura juvenil de hoy esta compuesta de adolescentes mimados, algunas veces porque así han sido criados. Un buen líder juvenil no puede cambiar eso. Solo puede ser un buen modelo y esperar que ellos se puedan fijar.
No obstante, cuando recordamos la actitud de Jesús, una actitud que demostraba tener un Corazón de siervo, una vez mas nos podemos ceñir para continuar la obra de ‘lavar los pies de los juveniles.’   

                                        Por Sarah Glover

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