miércoles, 30 de marzo de 2016

Nuestra actitud hace diferencia entre el éxito y el fracaso.



                 Nuestra actitud es lo que hace la mayor diferencia entre el éxito y el fracaso.
Ninguno de nosotros tenemos como blanco fracasar; Dios nos ha llamado para que demos lo mejor para su reino. El éxito no es un lugar o un destino, sino mas bien un recorrer/jornada. El éxito final de nosotros será escuchar a Dios decir “ven buen siervo, en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré.” No seremos juzgados de acuerdo a lo bien que hicimos el servicio de la semana con los juveniles, o la cantidad de jóvenes que logramos llevar al campamento o la convención regional; Dios nos llamara a cuentas por la forma en la cual nutrimos los adolescentes que el puso en nuestras manos. La actitud cuenta por un 70% de la efectividad de nuestro trabajo. 
                Nuestra actitud puede cambiar nuestros problemas en Bendiciones. 
      Una de las mayores causas de las malas actitudes es la presencia de problemas. Los problemas nos presentan la oportunidad de crecer o de gemir. Nuestra actitud determina el resultado. Por lo general, los problemas tienen tres fases:

Primero, tenemos que llegar al punto de reconocer que existe un problema. Muchas  personas viven toda su vida actuando como si no tienen problemas. El primer paso que uno debe tomar cuando va a tratar con un problema es reconocer que tiene un problema. Ningunos somos exento. Nuestra dependencia de Dios para ayudarnos con estos problemas es algo muy importante.
La segunda fase es hacer un análisis de lo que causo el problema. Es necesario aprender de nuestros errores. En la mayoría de los casos algo muy especifico causo el problema. Una evaluación detenida de los eventos, o circunstancias, que llevaron a uno al problema usualmente nos ayuda a determinar la causa del problema. Si continuamos haciendo lo que siempre hacemos, entonces recibiremos lo que siempre recibimos. Para implementar las soluciones y resolver nuestros problemas, es necesario cambiar nuestros métodos y nuestra actitud.
La fase final de un problema esta en escoger actuar para resolver el problema. No es suficiente saber que uno tiene un problema o aun saber porque lo tenemos, también tenemos que escoger actuar para cambiar el problema; ósea, tenemos que poner de nuestra parte y tomar acción cuando sea necesario. Muchas de las veces el mayor cambio que tenemos que hacer es el de nuestra actitud. Recuerde, nuestro problema no es nuestro. Pedro dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros,” 1 Pedro 5:7. Cristo quiere encargarse de nuestros problemas. 

   Por David Blair

No hay comentarios:

Publicar un comentario