"Del 'Pienso, Luego Existo' al 'Consumo, Luego Existo'
Teol. Samuel Montes HenaoSegún Pérez Esclarín (2008). De la duda como método filosófico para construir un mundo de certezas absolutas, pasamos a la duda como única certeza. Del “pienso, luego existo” cartesiano, raíz de la modernidad, hemos pasado al “consumo, luego existo; Pienso, luego estorbo”, de la posmodernidad. (p. 5)
Acerca
de, la frase de Pérez Esclarín se puede observar una marcada transición
de la Duda, la frase comienza con una observación sobre cómo la duda, que antes
se utilizaba como método filosófico para alcanzar certezas absolutas, ha
cambiado a ser considerada como la única certeza. Este cambio sugiere una
crisis en la búsqueda del conocimiento y la verdad. En lugar de respuestas
definitivas, vivimos en un mundo donde la incertidumbre es omnipresente y
aceptada.
Además,
Esclarín señala el hecho transicional casi que sin pasar advertido de Descartes
a la Posmodernidad advirtiendo el contraste entre "pienso, luego
existo" y "consumo, luego existo; pienso, luego estorbo" es
particularmente revelador. La primera afirmación de Descartes establece una
base racional para la existencia, enfatizando el pensamiento como el fundamento
del ser. Sin embargo, en la posmodernidad, el énfasis se desplaza hacia el
consumo y el materialismo, sugiriendo que nuestra identidad está más
relacionada con lo que poseemos y consumimos que con lo que pensamos.
Otro
punto es, de la crítica a la superficialidad en la segunda parte de la frase,
"pienso, luego estorbo", introduce una crítica a la cultura
contemporánea que parece desvalorizar el pensamiento profundo en favor de un
enfoque más superficial y consumista. Esto puede interpretarse como una advertencia
sobre cómo las voces críticas o reflexivas son a menudo ignoradas o
consideradas inconvenientes en un mundo que prioriza la inmediatez, el consumo
y seguidores a ciegas que ni se atrevan a criticar los sistemas de explotación
en cualquier esfera de lo social.
Así
mismo, lo anterior produce permutas en el paradigma reflejando un cambio en las
dinámicas sociales y culturales. En lugar de fomentar un diálogo significativo
y una búsqueda conjunta de la verdad, se promueve un entorno donde las
opiniones se consumen rápidamente y donde el pensamiento crítico puede ser
visto como un obstáculo para el progreso o la satisfacción inmediata.
Ahora
bien, la frase es especialmente relevante en el contexto actual, donde
las redes sociales y las plataformas digitales han amplificado esta tendencia
hacia el consumo superficial de información. La capacidad de escuchar
activamente y reflexionar se ha visto amenazada por un flujo constante de datos
e información que premia lo efímero sobre lo sustancial.
Por
consiguiente, el análisis de esta frase de Pérez Esclarín invita a una
reflexión profunda sobre nuestra relación con el conocimiento, el pensamiento
crítico y cómo nos definimos en un mundo cada vez más dominado por el consumo.
Nos desafía a reconsiderar qué significa realmente existir y cómo podemos
recuperar un sentido de profundidad en nuestras interacciones y en nuestra
búsqueda del conocimiento.
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