La Pastoral Juvenil no es una opción
que la iglesia puede aceptar o rechazar. Es cuestión de afectar positivamente a
la juventud o ignorarla. Si los ignoramos, el futuro de la iglesia esta
incierto. Todo puede trabajar bien en la iglesia, pero si perdemos a una generación
de jóvenes, la iglesia morirá. Los edificios, los materiales y programas, no podrán
sostener la vida de la iglesia. La sobrevivencia y el crecimiento vendrán a través
de jóvenes comprometidos con la iglesia.
El escritor del
libro de los Jueces refleja lo inadecuado del ministerio juvenil de sus días
cuando escribió: Y
toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levanto después
de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que el había hecho por Israel. Después
los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los
baleas (Jueces 2:10-12).
A. La Iglesia Debe Tener una Filosofía
Directriz para el Ministerio Juvenil
El ministerio
juvenil no es una casualidad. La iglesia debe tener una filosofía directriz de cómo
va a ganar y
discipular a los jóvenes para Jesucristo. Sin esta directriz, la iglesia tiende
a hacer una de estas tres cosas: 1) van de una crisis a otra; 2) hacen lo que está
de moda; 3) o simplemente siguen los métodos tradicionales que les han sido heredados, sin
cuestionarlos o probar su validez.19
Muchas iglesias nunca toman el
ministerio juvenil en serio hasta que algún joven en la congregación tiene una
crisis personal; o algún otro se hace drogadicto, y entonces el pastor y los líderes
empiezan a interesarse en el problema de las drogas. Luego una joven sale
embarazada y alguien sugiere que es tiempo de hablar del sexo y el cristiano.20
Las crisis no pueden evitarse, debemos
encararlas, sin embargo, no debemos permitir que las situaciones de crisis sean
las que determinen el curso de nuestro ministerio juvenil. Nuestra filosofía
debe estar firme antes de que la crisis
llegue. Antes que esperara que el diablo haga su jugada primero, nosotros debemos estar listos. Si enseñamos la palabra en
forma consistente, y somos guiados por ella, estaremos sentando precedentes y nos adelantaremos
a las crisis.21
Sin una filosofía
del ministerio juvenil, es fácil que una iglesia sea dirigida por la gran ley
de la tradición: "Si funciono
durante mi generación, puede funcionar en esta generación". Por supuesto
que el evangelio permanece igual de generación a generación, sin embargo, los métodos
y los medios de comunicar este evangelio,
cambian. Cualquier iglesia que no quiere cambiar aludiendo al viejo dicho
"siempre se ha hecho aquí de
esta manera", esta cegada por su propio provincialismo y no sirve en el
reino de Dios para ministrar a la generación presente y futura.
B. Nuestra Filosofía
Los jóvenes
tienen necesidades especiales y por lo tanto requieren un ministerio especial
Los años de la juventud son únicos con
sus problemas y oportunidades, y requieren de un ministerio especial. Los jóvenes
(especialmente los adolescentes) están en el difícil paso de la vida entre ser niños
y ser adultos. En ocasiones actúan como adultos maduros y responsables y
enseguida con una conducta infantil. A
menudo se sienten separados de los adultos, particularmente de las figuras de
autoridad. No han descubierto quienes son y fácilmente tienen
sentimientos de inferioridad. Hay muchos cambios físicos ocurriendo en sus organismos. Algunas
de las necesidades que tienen son:
- Necesidades sociales. La necesidad de estar constantemente con alguien de su grupo.
- Necesidades emocionales. Necesitan cuidado especial, aceptación y afirmación por parte de los adultos.
- Necesidades intelectuales. Preguntas acerca de la fe, de la existencia de Dios, autoridad etc.
- Necesidades espirituales. Necesitan dirección constante en la formación de su relación con Dios. Necesitan ayuda para contextualizar la Biblia a su vida diaria.
- Necesidades de servicio. A los jóvenes les gusta el desafío de ser parte de una causa. Deben ser utilizados en una forma significativa.
- Debe ser intencional. No puede dejarse a la casualidad. Deben desarrollarse planes, programas, y preparar personal,
- Debe ser centrado en las necesidades.
- Debe tener líderes preparados.
- Debe tener programas especiales.
- Debe ser una prioridad de la congregación.
- Debe haber una buena relación entre adultos y jóvenes. Algunos de los principios que pueden ayudar en esta área son los siguientes: Muéstrenles que los aman. Decirles a los jóvenes que los amamos no es suficiente. Debemos mostrar con hechos que les amamos. Debemos amar a nuestros jóvenes no por lo que hacen o no hacen, sino Porque somos instrumentos que reflejan el amor de Dios. La iglesia debe estar dispuesta a mostrar su amor en el tipo de presupuesto que apropia para el ministerio a los jóvenes.
Estén alertas y actualizados. Los jóvenes se quejan de que los líderes
de la iglesia no están al tanto de las diferencias culturales a las cuales
ellos están expuestos en nuestra sociedad. Aquellos que trabajan con jóvenes
deben conocer la jerga o vocabulario popular de los jóvenes, la música que
ellos escuchan, y las actividades en las
que ellos participan. Esto no quiere decir que los adultos deben adoptar estas
cosas como parte de su estilo de vida, simplemente que estén conscientes
de ellas.
Escuchen lo que tienen que decir. La tendencia de los adultos es no
darte mucha importancia a lo que los jóvenes tienen que decir. Debemos recordar
que lo que parece un problema insignificante para un adulto, puede ser como un problema
gigante para un joven.
Den respuestas honestas a las
preguntas de los jóvenes. No trate de aparentar lo que no es, ni decir lo que no sabe. Los jóvenes son
especialistas en descubrir la hipocresía.
No esperen que sean perfectos. La madurez y la
perfección se alcanzan a través de la experiencia, y la experiencia se alcanza
a través de los errores que se cometen.
Estén con ellos...no sobre ellos. Cuando una iglesia asume la actitud legalistas,
inflexible hacia sus jóvenes, mostrándoles la autoridad, los perderán. Debe guiar seles
en su búsqueda por la independencia.
Pastoral Juvenil (Fidencio Burgueño)
Pastoral Juvenil (Fidencio Burgueño)
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