martes, 14 de junio de 2016

El Arte del Liderazgo




"Liderazgo", dice el Dr. John R. Mott, "es la habilidad de proveer una verdadera guía". El verdadero liderazgo cristiano consiste en invertir su vida, guiando un grupo hacia logros e ideales de valor.

Un buen líder sabe cómo establecer objetivos y alcanzar dichos objetivos. Así que, para "proveer una verdadera guía", usted debe estar un poquito adelante del grupo en su visión, su pensamiento, su planificación, y su actitud de hecho, usted debe estar siempre adelante del grupo. Cuando el grupo lo Alcance, usted deja de ser líder. La motivación del grupo y la suya debe ser la misma; pero la diferencia entre al líder y los que le siguen es cuestión de velocidad, pasión y método.

Cualidades del Liderazgo Cristiano:
Consagración 
 Fe
Sinceridad
 Visión
Humildad 
 Determinación

Los líderes generalmente se hacen, no nacen. El ante del liderazgo es adquirido a través de dolorosas pruebas y errores. Aunque es verdad que hay ciertas cosas que hacen que una persona sea más efectiva en una situación dada que otra, los mismos calificativos de bueno y malo se aplican generalmente a todos.
Guías para un Liderazgo Creativo
1. Dirige justa y firmemente. Representa la fuerza y la justicia, templadas con humanidad. 2. Elige las personas adecuadas, y se asegura que son necesarias. No se deja llevar por aparente inteligencia o habilidad, sino que enfatiza la importancia de la integridad, la abnegación, y la disposición.
3. Recompensa a las personas que lo merecen. No recompensa equivocadamente al individuo que habla mas que lo que hace, mientras que ignora al que no habla, pero que hace.
4. Comunica eficientemente. Cuando es posible, da razones y explica el porqué de las decisiones tomadas, a las personas que afectan dichas decisiones.

5. Es enérgico con el chismoso. Se asegura que todos entiendan, que solo se tolerara la completa integridad.

6. Después de elegir personas dignas de confianza, confía en ellas hasta que haya razones poderosas que lo hagan cambiar de parecer. Después de elegir una estructura de trabajo, resiste la tentación de cambiarla; el constante cambio de organización generalmente es indicativo de un sentimiento de inseguridad personal, y es principio de retroceso.

El mundo de los negocios ofrece tres métodos de liderazgo: 
Liderazgo autocrático — El líder autocrático busca principalmente obediencia de los que trabajan con el. El determine las normas y considera negocio de un solo hombre la toma de decisiones — él es el hombre. 
Liderazgo democrático — El líder democrático toma ideas y sugerencias del grupo, a través de discusiones y consultas. Anima a los miembros del grupo para que tomen parte en el establecimiento de las normas. El trabajo del líder es principalmente el de moderador.

Liderazgo de rienda suelta — Este tipo de líder es más o menos un mostrador de información. Le da poca importancia a su función en la actividad del grupo. Está a la mano solo para proveer materiales e información. Ejercita muy poco control.

El liderazgo cristiano no necesita ser autocrático ni de rienda suelta para ser efectivo. Su éxito como líder de jóvenes no depende de su posición, prestigio, o autoridad; más bien depende de su habilidad de ejercitar la dinámica del liderazgo—relacionándose con el grupo animándolo, y si es necesario, dándole la oportunidad de que ellos dirijan.

Para mantener el liderazgo al día, Bacon aplico una norma y dijo, "Aquel que no aplique nuevos remedios, debe esperar nuevos males". No hay duda que para anular los males viejos, debe reajustar sus métodos continuamente. Los problemas de hoy sobrepasan las soluciones de ayer.

Hay otra razón desafiante para el cambio: a través del cambio, su habilidad de líder tiene la capacidad de crecer. Si mantiene una actitud flexible y revisa periódicamente los métodos que son funcionales, usted puede hacer los cambios que son pruebas externas de crecimiento en el liderazgo.

No hay patrón uniforme para hacer cambios. Puede pasar un buen tiempo sin ver la necesidad de hacer cambios, sin embargo, tras un periodo de tiempo, evidencias tenues pero reveladoras, comenzaran a acumularse: sus relaciones no serán muy buenas; las normas de trabajo que había arreglado dentro del grupo no serán como solían ser; parecerá que está trabajando en una atmósfera de presión constante. Este es el tiempo y quizás un poco pasado, para que determine si los métodos actuales aún son válidos, o están ya fuera de uso. Si hace los cambios sabiamente, puede mantener su liderazgo al día.

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